En estas fechas de inicio de un nuevo año donde solemos cargarnos de buenos propósitos para el mismo, me gustaría proponeros queridos amigos algo diferente. Igual que el año pasado por estas mismas fechas os proponía que en vez de regalos materiales regaláramos tiempo, nuestro propio tiempo para estar con aquellos familiares o amigos a los cuales les teníamos un poco abandonados, en estas fechas me gustaría pediros, y por qué no, pedíroslo por favor, que todos nos regalemos perdón.
Pensemos en una o varias personas de nuestro entorno familiar, de amigos o de compañeros de trabajo a las cuales queramos pedirlas perdón por algo. Demos un paso al frente y pidamos perdón. No perdamos ni un minuto más de este maravilloso nuevo año. Y si tienes a mano una pulsera, regálasela. Será como cerrar para siempre aquello que teníamos guardado y que todos sabemos que en nada nos ayuda para ser felices.
El pasado 25 de octubre de 2017 en Bogotá, tuve el honor de participar e inaugurar el 3er Congreso Internacional de Felicidad en el Trabajo con la ponencia “¡Por fin es lunes! Amo trabajar”. Uno de los conferenciantes fue Gueshe Lobsang Kunchen, un Monje Budista ordenado por su Santidad el Dalai Lama, el cual nos habló de cómo ser felices en esta vida sin importar si somos de una religión o de otra o de ninguna. Bien sencillo y claro nos lo dejo y creo que leyendo sus palabras todos los vamos a entender a la primera sin hacer falta el explicarlo: “perdonar rápido”. Ese es el resumen de lo que dijo. Tan solo dos palabras que dicen y explican mucho más que si hubiésemos leído varios libros sobre el tema. Si tenemos algo que perdonar hagámoslo rápido. Para que tenerlo dentro, alargar el enfado, darle vueltas a las cosas con pensamientos negativos y suposiciones si podemos quitárnoslo de encima perdonando rápido.
Así que en este año, busquemos a esos familiares, amigos, compañeros de trabajo, y a la mínima oportunidad, acerquémonos a ellos y les pidamos perdón o les perdonemos si ha lugar.
Y sobre el perdón rápido del que nos habló el simpático Monje Budista, me gustaría añadirle un toque especial, una manera de perdonar que a mi me suele funcionar muy bien. El perdonar antes de que ocurra la bronca, o el conflicto. Hace unos dos años, estando en el aeropuerto de Guayaquil, después de intervenir en un congreso, compre un libro que se llama “Si quieres ser payasito, sé el mejor payasito del mundo” escrito por Pablo Velasco, un muchacho de 19 años ecuatoriano que se hizo famoso por ser de los pocos que han conseguido alcanzar la calificación perfecta 1.000/ 1.000 en los exámenes de acceso a la universidad en Ecuador. En esta obra el autor nos explica algunas herramientas de programación neurolingüística que utilizó para conseguir la máxima nota. Y una de las técnicas que describe me está siendo muy útil para evitar discusiones antes de que se produzcan.
Cuando estemos a punto de enfadarnos con alguien por los motivos que sean, en vez de que nuestros pensamientos vayan subiendo de tono hasta llegar a un punto tal que hará que cuando hablemos con esa persona la discusión sea segura, lo que nos aconseja este jovencísimo autor ecuatoriano es que una vez que hemos detectado que estamos enfadados, negociemos con nuestro cerebro para que el tono de nuestros pensamientos sea cada vez más bajo, hasta llegar a un tono de voz normal. Al final cuando estemos con esa persona le diremos lo que tengamos que decir pero con el tono de voz muy suave e incluso si ya se nos ha pasado el enfado, no le diremos nada.
Que pidamos perdón rápidamente y perdonemos antes de que ocurra la discusión y así tengamos una vida con menos conflictos y seamos más felices tanto nosotros como los que nos rodean. Este es mi deseo queridos amig@s para 2.018.
Fuerte abrazo a todos y feliz día, semana, mes y año.
Pablo Claver
Emprendedor desde los 9 años y hoy por hoy una persona feliz.
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